Puertas holandesas, qué son y cuáles son sus ventajas
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¿Qué son las puertas holandesas?
Las puertas holandesas son puertas que simplemente se encuentran dividida de forma horizontal de modo que ambas partes se pueden abrir de forma independiente.
Requieren cuatro bisagras, a diferencia de las puertas de una sola pieza que suelen tener tres bisagras. La parte inferior de la puerta holandesa contiene el picaporte y la cerradura y la parte superior contiene un pestillo que permite unir las dos partes. Cuando ambas están juntas, la puerta holandesa se comporta como una puerta tradicional de una sola pieza.
Este tipo de puerta era común en los Países Bajos en el siglo XVII y aparecen en los cuadros holandeses de la época, de ahí la denominación internacional de «puerta holandesa».
En nuestro país eran muy habituales en las casas antiguas de las zonas rurales y cada vez más se empiezan a utilizar en las puertas que conectan la vivienda con el patio en zonas urbanas y también en zonas de playa donde la parte superior abierta permite el paso de la brisa acondicionando el interior.
Puedes encontrarlas en diferentes materiales como madera o aluminio y con ventana en la hoja superior o sin ella.
Ventajas de las puertas holandesas
La principal ventaja que puede llevarte a decidir instalar este tipo de puertas es precisamente la que se deriva de su diseño. Al estar dividida en dos la parte inferior puede permanecer cerrada evitando la entrada o salida de animales o niños mientras que la parte superior abierta permite la entrada de luz y aire fresco.
Otra de sus ventajas es el diseño, ya que aporta un aspecto acogedor y con encanto a la vivienda así como original.
Además permite la conexión visual entre el interior de la vivienda y el patio o jardín con el que conecta o entre dos salas si esta se utiliza en el interior.